Hacia tiempo que tenía en mente ponerme a escribir sobre lo que me acontece, pero con el estresante ritmo de la vida urbana que llevo, difícilmente me atrevía a hacerlo. Pero ahora, cuando nuestro mundo conocido comienza a pararse, ha llegado el momento de ir plasmando las realidades que nos ocurren, los miedos por el futuro o las incertidumbres del presente….
He perdido la costumbre de reflexionar sobre el presente y el futuro; también el de plasmarlo en una hoja de papel (hoy todo es inmediato: el WhatsApp de audio o la pantalla del móvil, te solucionan cualquier cosa), tampoco creo que tenga la menor importancia, ya que supongo, que en este mismo momento habrá en el mundo cientos de personas que como yo han tenido la misma idea,¿qué está pasando con el mundo?; al menos con el mundo que conocimos hasta ahora. Me viene a la memoria la obra de Stefan Zweig «El mundo del ayer», que relata, como su mundo se desmorona y cambia por los acontecimientos europeos de mediados del siglo XX.
Durante invierno pasado, estuve leyendo una clásico, que cada día me parece más actual, «Meditaciones» de un tal Marco Aurelio que llegó a ser el emperador de Roma (121-180 d. C.) y que se le considera uno de los grandes pensadores estoicos, su comentario «Que las cosas estén en proceso de transformación no es ningún mal, como tampoco es un bien lo que surge a partir de la transformación» , hace que nos planteemos, ¡que me plantee!, que el mundo sigue girando y lo que nos depara el futuro está por ver. Lo cierto, es este es un momento histórico y como tal lo hemos de vivir y comenzar a prepararse por todo aquello que no conocemos, pero que se nos viene encima ya.